«El horror… El horror…». Las palabras de Kutz son, en su cadencia de estertor, la mejor definición de la pesadilla que Willard y sus hombres protagonizan, alcanzan o arrastran (nunca se sabe) a lo largo de un río serpenteante en el que se tropiezan con coroneles surfistas, con Wagner, con helicópteros, con el napalm, con tigres, con cabezas cortadas y con chicas playboy. Un viaje al corazón de las tinieblas, que tal título le puso Joseph Conrad, aunque él lo escribió pensando en el Congo y no en Vietnam. Coppola y Martin Sheen hicieron su propio viaje atormentado, del que casi no vuelven, rodando la historia en Filipinas, y rodando sus vidas en drogas, locura y alcohol. Al volver traían bajo el brazo el alma aterida y una obra maestra forjada en la fragua de lo insoportable, donde el hombre corre el peligro de despeñarse por los precipicios del sinsentido. Supongo que sólo un par de católicos pudieron llegar tan lejos y regresar; otros no hubieran llegado, por no creer en el pecado, o no hubieran vuelto, por no concebir el perdón.
Por fin la he visto. Y me he quedado con el alma aterida bajo el brazo.
Por fin la he visto. Y me he quedado con el alma aterida bajo el brazo.
4 comentarios:
Tiene un reparto de lujo, y la banda sonora es genial, todo el mundo conoce la escena del ataque de los helicópteros con la música de Richard Wagner, por ejemplo.
Sorprende lo jovencillos que están los actores, el mismo Martin Sheen parece su hijo Emilio Estevez.
Y Lawrence Fishburne (entonces Larry), tenía sólo 14 años cuando comenzó a rodar.
Hay otra película en la que veo magistralmente retratada la vorágine del sinsentido (fuera de la guerra), que es "La dolce vita", de Fellini. Pero su final es todavía más redondo.
No he visto “Apocalypse now” por eso de no quedarme aterida, a pesar de reconocer que es una gran película. Tengo ese problema como cinéfila y me pierdo algunas cosas buenas. Pero con esta atractiva presentación aumenta mi interés.
Me decanto por volver a ver “La dolce vita”. Su forma de tratar la vorágine y el sinsentido se me hace más llevadera.
Estoy rebobinando “cinefagia” para encontrar todos los interesantes comentarios y recoger títulos de películas que no vi.
Ver Apocalypse now no es pasar un rato agradable. Aparte de la predisposición, hacen falta unas cuantas horas libres, no sólo por lo que dura, sino porque a lo mejor después necesitas ver otra más suave para pasar el trago.
Gracias por revisar la cinefagia, quedan bien advertidas las posibles indigestiones (aunque normalmente sólo hablo que lo que me ha parecido bien o me ha gustado).
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