La última película de Woody Allen –que yo conozca– ha ganado el Globo de Oro a la mejor comedia del año. Sin embargo, no tiene gracia. No hay gags, pero tampoco una situación divertida, un enredo que estimule la sonrisa, ni siquiera un desarrollo que culmine en un final desopilante. Es una historia de líos sexuales en Barcelona de dos turistas americanas con un pintor y la ex-mujer de este.
Se da una apariencia de libertad “amorosa” conforme se va rizando el rizo, y el único personaje con cordura, el prometido y luego marido de Vicky, parece un tontaina con sus prejuicios respecto de los dúos y tríos que se monta Cristina, no tiene palabras para defender el verdadero amor y el matrimonio, y parece que haya que interpretar que estas posiciones tradicionales deben rendirse ante el “todo vale”.
La película me ha parecido una porquería, en el fondo y en la forma. La voz en off, suavona y persistente, es impropia de un gran cineasta, y no consigue el efecto deseado, salvo que fuera la náusea. En bastantes tramos, la película es un reportaje con fines turísticos de la Ciudad Condal y de Oviedo, pero también del tópico español, con la guitarra española apareciendo de forma reiterada para repetir los mismos y archisabidos sones.
El reparto está bien, sobre todo Rebecca Hall y Penélope Cruz, nominada por hacer de española desquiciada y lenguaraz (antes lo estuvo por hacer de española al borde de un ataque de nervios), aunque tampoco me parece una interpretación sublime. Inane me parece Bardem, aunque no desentona, y Scarlett hace el mismo papel de siempre, el de rubia exuberante sujeta al vaivén de los acontecimientos, con escasísima personalidad.
En fin, nada recomendable bodrio, salvo para fanáticos de Woody Allen o fanáticos de Cataluña, que tampoco sé si van a quedar satisfechos, aunque puede que guste a extranjeros enamorados del typical spanish.
Se da una apariencia de libertad “amorosa” conforme se va rizando el rizo, y el único personaje con cordura, el prometido y luego marido de Vicky, parece un tontaina con sus prejuicios respecto de los dúos y tríos que se monta Cristina, no tiene palabras para defender el verdadero amor y el matrimonio, y parece que haya que interpretar que estas posiciones tradicionales deben rendirse ante el “todo vale”.
La película me ha parecido una porquería, en el fondo y en la forma. La voz en off, suavona y persistente, es impropia de un gran cineasta, y no consigue el efecto deseado, salvo que fuera la náusea. En bastantes tramos, la película es un reportaje con fines turísticos de la Ciudad Condal y de Oviedo, pero también del tópico español, con la guitarra española apareciendo de forma reiterada para repetir los mismos y archisabidos sones.
El reparto está bien, sobre todo Rebecca Hall y Penélope Cruz, nominada por hacer de española desquiciada y lenguaraz (antes lo estuvo por hacer de española al borde de un ataque de nervios), aunque tampoco me parece una interpretación sublime. Inane me parece Bardem, aunque no desentona, y Scarlett hace el mismo papel de siempre, el de rubia exuberante sujeta al vaivén de los acontecimientos, con escasísima personalidad.
En fin, nada recomendable bodrio, salvo para fanáticos de Woody Allen o fanáticos de Cataluña, que tampoco sé si van a quedar satisfechos, aunque puede que guste a extranjeros enamorados del typical spanish.
4 comentarios:
No. Ni para los fanáticos de Woody Allen. ¿Leíste mi reseña? Mucho más light, como yo, pero igualmente contundente. Ya te dije que en mi podcast la llevamos al infierno directa, por mala.
La película es una porquería, así, sin contemplaciones. Es como una una de esas de serie B que ponen los sábados después de comer en antena 32, o peor aun.
Me acabo de inventar un canal, quería decir antena 3, claro.
Antena 32 le cuadra más a la categoría de la película. O 324.
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