miércoles, 21 de enero de 2009

O-ba-ma


Así se repite, como un mantra, el nombre del nuevo presidente de los USA. Es negro, y eso es histórico. Tiene un magnetismo y atractivo que sólo se recordaban en JFK. Viene a sustituir al vilipendiado George W. Bush. Pero todo eso no basta para pensar que ha llegado el mesías, el salvador.

No sé si es lo que piensan en su país –no son tan estúpidos como solemos creer–, pero sí que es la buena nueva que difunden la mayoría de los medios de comunicación españoles. Cobertura inusitada, minuto a minuto, gesto a gesto, palabra a palabra. Alabanzas sin cuento. Esperanzas chorreantes. Ni un solo nubarrón, ni un atisbo de duda. Obama reinventará la historia. Eso dicen nuestros medios.

¿Y qué es lo que de verdad sabemos de Obama? Pues no mucho, dado que carece casi por completo de experiencia política en cargos de responsabilidad. De modo que es difícil prever su rumbo, porque ya se sabe que una cosa son las promesas electorales, y otra lo que las circunstancias –o las verdaderas intenciones– llevan a realizar. No obstante, aquí Zapatero se cree que Obama es el Zp negro, o que él mismo es el Obama europeo. Y dice que es socialdemócrata puro un tipo que ha jurado su cargo sobre una Biblia y ha citado las Escrituras en su discurso, aparte de nombrar a Dios unas pocas veces ante varios pastores eclesiásticos invitados. Sin contar con que ahora asiste a un oficio religioso para inaugurar su mandato. Lo mismito que Zp.

No nos engañemos. Obama es un hombre ilusionado e ilusionante, sin duda capaz y con carisma, que tiene la oportunidad de unificar voluntades –están dispuestas a ello– para plantar cara a los graves problemas que tiene su país y el mundo. Pero hay que contar también con que es humano, sí, y además el camino que se dispone a iniciar está sembrado de enormes dificultades: crisis económica, terrorismo, decadencia europea, por citar las más evidentes.

En fin, mucha suerte para Obama, rezaremos por él. Y que los demás se caigan del guindo cuanto antes y se pongan manos a la obra, que esto no se va a arreglar solo.

4 comentarios:

laura dijo...

A mí me fascina lo patriotas que son estos estadounidenses, cómo se emocionan delante de su bandera o al escuchar su himno nacional.
Es estupendo que la familia protagonice el acto solemne de la toma de posesión del presidente. Un hombre de pie, delante de sus hijas, jurando su cargo sobre la Biblia que su mujer sostiene. Ya podíamos aprender los españoles.

Ángel dijo...

A mí este señor se me empieza a empalagar desmesuradamente. Y la culpa no es suya por ser más guapo, rico y negro que yo, sino de todos los medios de comunicación(,) que han confundido el resultado de unas elecciones presidenciales norteamericanas con la Parusía.

Fran dijo...

Nuestro presidente tenía que rectificar y ha visto los cielos abiertos con el cambio de presidente en EEUU para aprovechar y decir donde dije digo, digo Diego. Ahora resulta que presume de coincidir ideológicamente con Obama y que en realidad no se sentó ante la bandera americana. Aunque no nos guste todo de Obama ya quisiéramos que este Zp en vez de quitar crucifijos los pusiera.

Stepario dijo...

En realidad, conforme se va definiendo -aborto, destrucción de embriones- menos me gusta Obama. Y aun así ZP pierde en la comparación