jueves, 4 de marzo de 2010

No hay soluciones rápidas


Pasan por la cabeza la energía invertida en agotadoras discusiones en torno al tema polémico de turno, la esperanza puesta en acciones espectaculares y argumentos brillantes en defensa de altos principios, el devanarse los sesos interminablemente para hallar la respuesta perfecta. A veces todo parece inútil, que el muro del error y el absurdo se alza incluso más alto y robusto, y la vida está cada vez más amenazada, la familia todavía más en peligro, el propio sentido común más perseguido.

Sin embargo, ningún esfuerzo por la Verdad es inútil, al menos no a los ojos de Dios. Por otra parte, ningún esfuerzo nos garantiza un éxito pronto y perenne, y esto es en lo que pienso ahora.

Hace poco vi la película “Amazing Grace”, en la que se narra la historia real del parlamentario inglés William Wilberforce, sobre todo su lucha para abolir la esclavitud, que ocupó los mejores años de su vida como una cruzada en la que arriesgó la salud y para la que sacrificó otras recompensas de la carrera política que tenía a su alcance. Finalmente, logró dar un paso importante para su objetivo, y lo consiguió cuando ya parecía imposible, precisamente por no haber renunciado a su propósito. Fue una jugada de ingenio y osadía lo que le permitió, a él y a sus compañeros, alcanzar lo que tanto deseaban.

Esta historia nos habla de que no hay que cejar en el empeño cuando se trata de una buena causa. Nos dice que hay que poner en juego la propia vida, con todas las potencias del alma, y la imaginación y el descaro por añadidura. También nos dice que no hay respuestas fáciles y rápidas, aunque todos las buscamos ansiosamente. Probablemente, la victoria no será disfrutada por quienes derrocharon más voluntad, pero acaba por llegar. Con la ayuda de Dios, será posible defender la vida humana, devolverle su dignidad y fortalecer de nuevo a la familia, aunque el muro cada vez nos parezca más inexpugnable.

3 comentarios:

Sinretorno dijo...

Magistral.

Marta dijo...

Cuánto echaba de menos una de estas tus entradas!!
Siempre tendrá la victoria el que lucha por la justicia, aunque sólo sea la victoria de vivir en libertad y ser auténtico.

Stepario dijo...

¡Bien dicho!