Se me ha ocurrido poner un vídeo de abortos en otro foro y me han acusado de emotivismo; he puesto el cartel del lince y se ha considerado exagerado; he comparado el aborto con la esclavitud y no se entiende la comparación… No voy a reproducir aquí esos argumentos, pero sí mis respuestas:
Vamos a ver. Estar o no a favor de la vida no me parece "una simple cuestión", sino una cuestión decisiva e insoslayable; cualquier otra cuestión debe ceder su lugar ante ésta, que es previa. Se podrá plantear una ponderación de intereses cuando estén dos vidas en juego, caso raro por lo demás; no vienen a cuenta los casos de legítima defensa, salvo que ésta se plantee hacia el nasciturus, lo que me parece inaceptable (aunque puede que en la práctica sea esto lo que se esté dando). Y no estamos hablando de algo tan raro (y que tiene características muy distintas en cada caso) como ¡una separación de siameses! Estamos hablando de algo tan cotidiano como el aborto, es decir, una carnicería socialmente aceptada hasta el punto de no buscarse otras opciones que podrían ser viables con un poco de esfuerzo y de dinero... si se apreciase en algo la vida humana.
Esto se vincula con el asunto del cartel del lince. Se pone en él de manifiesto una realidad de nuestra sociedad: se organiza más escándalo (hace poco vimos desnudas y cubiertas de pintura a unas personas en la calle por un tema tan cercano como la matanza de focas) y hay más protección jurídica (un pastor fue condenado a prisión porque sus ovejas se comieron una especie protegida) cuando se trata de otros seres vivos que no son la persona humana. Es la pura verdad que se persiguen más los atentados contra una vida que contra la otra, independientemente de que se hayan puesto en el cartel criaturas nacidas y no en gestación. Yo hubiera preferido, para atenernos más a la realidad, que el cártel hubiera consistido en esto, por ejemplo, si es que queremos entrar de lleno en la verdad. Pero creo que no existe esa voluntad. (Por cierto: decir que las imágenes de abortos son un recurso emotivo que esquiva la racionalidad... me ofende, como me ofendería que alguien hubiese querido ocultar estas otras, con el argumento de que impiden razonar sobre el Holocausto).
En cuanto a la relación del aborto con la esclavitud, diré lo que pienso. Ambas son abominaciones contra la dignidad de la persona. La esclavitud estuvo socialmente aceptada durante siglos, con respaldo de las leyes y de las gentes; pero eso no la convirtió en algo bueno. Fue abolida con mucho sufrimiento, y no sólo había defensores irracionales de esta práctica, sino argumentos a su favor de tipo económico, social e incluso humanitario (muchos de los defensores de la esclavitud creían sinceramente que sus esclavos no podrían estar mejor en libertad que privados de ella y bajo el mandato de sus amos). Ahora tenemos una bestialidad de no menor envergadura, socialmente aceptada, con respaldo de las leyes; pero eso no la convierte en un bien. Espero, para rematar la comparación, que el aborto también acabe siendo abolido y cubierto de infamia, y que la vida sea defendida como un bien sagrado y no se escatimen esfuerzos para su salvaguarda. No me conformo con decir que yo me opongo al aborto y que no colaboraré con él, y mientras que los demás hagan lo que quieran; sería como decir "yo no mato, pero que los demás maten, si quieren".
Creo que no puedo hablar más claro.
miércoles, 25 de marzo de 2009
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7 comentarios:
Desde mi punto de vista que te tachen de emotivo obedece a una única razón: que no tienen argumentos. Cuando es la vida la que está en juego y cuando se muestra cómo se elimina por medio de un aborto, no quedan argumentos. Porque dar muerte no tiene ni puede tener ninguna justificación.
Quien se empeña en la vía egoísta de deshacerse de lo que le molesta, aunque sea su niño, se puede poner fácilmente una venda en los ojos para no ver lo que es evidente. Entonces es imposible el diálogo razonable.
Puede ser que en el futuro nos vean a los que vivimos esta época como los incivilizados que todavía vivían con el aborto y el terrorismo.
Tienen razón las chicas de las pamelas.
Suscribo tu entrada palabra por palabra. Desgraciadamente, son muchos los que insisten en el “yo no lo haría, pero respeto la opinión de los demás”. Ese “respeto” apesta. Aquí hablamos de la vida y de la muerte, y es preciso un planteamiento más radical. No comprendo a los que abominan de la ampliación de la ley que pretende el gobierno, pero aceptan la ley vigente y piden “que se cumpla”. Es decir, el aborto, mientras sea legal, les parece válido ¿Cómo se come eso?
Se come porque se confunde lo legal con lo moral, con lo que está bien.
Me he enterado que han denunciado a un colegio por proyectar imágenes de abortos, a menores "que no están capacitados para visualizar tales cosas", los mismos menores a los que sí se les permite abortar,...estamos locos...
Me temo que posiblemente me denuncien...en casi todas las charlas que estoy dando hay alguien que me pregunta "¿pero es necesario ver esto?" cuando ven los niños descuartizados.
Es terrible, cuando a alguien le van a hacer una intervención quirúrgica de cualquier tipo, es obligado el consentimiento informado, en el que, como su propio nombre indica, se informa de los métodos a seguir y de los riesgos y efectos secundarios, ¿por qué no se hace esto en el caso de los abortos?
He comprobado más de una vez y por este y otros motivos que cuando se denuncia una injusticia desde la verdad y sin intención de herir, te acusan de hacer chantaje emocional, o de manipulación de sentimientos. La cuestión es echarle la bola al otro.
Pero se está demostrando que cada día somos más los que creemos en otra forma de hacer las cosas, y que no nos pueden callar.
Callaremos cuando se acabe con esta barbarie.
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