martes, 29 de enero de 2008

Historias de Filadelfia


La elegancia de un director, la inteligencia de un guión y el talento de unos actores dan lugar a una obra maestra de la comedia y del cine en general. Todo el mundo ha visto ya “Historias de Filadelfia”, o debería, de modo que no voy a descubrir su trama. Tampoco sus “gags”, que son sutiles, sin subrayados, casi como flecos de la historia, remates de lujo.

A lo que voy es a la comparación entre la comedia clásica y la actual. Estamos acostumbrados a que comedia sea sinónimo de risotada y golpe de efecto, con frecuencia de tono escatológico o procaz, y casi siempre sin una historia digna sobre la que sustentarse. Posiblemente, un público joven no conecte con el humor que encierran “Historias de Filadelfia”, “La fiera de mi niña” o “El hombre que vino a cenar”, y crea que es más comedia una película de Jim Carrey o cualquier parodia de los estrenos del año.

Sucede algo con el cine clásico, y es que deja un regusto en el paladar (o el órgano equivalente para registrar huellas de placer cinematográfico), una impronta satisfactoria en la sensibilidad, más honda y duradera que la torsión de una carcajada. Tantas comedias de hoy se olvidan antes de que termine uno de salir del cine. Pero las clásicas, aunque no hayan conseguido desternillarnos, infiltran su humor hasta capas más profundas, provocando una cosquilla en el alma que permanece como un rescoldo en la memoria el resto de la vida.

Lástima que actualmente el cine clásico sea un peñazo para muchos, a veces con la única excusa de que no está en color. El que sabe apreciar los matices del blanco y negro tiene una sensibilidad mayor que quien necesita un trapo rojo para mantener la atención. Y quien se recrea en un juego de palabras demuestra más cultura que otro que espera con las mandíbulas desencajadas a que le llenen la boca de procacidades.

4 comentarios:

Ángel dijo...

Grandiosísima película.

La tengo, de hecho.

Cary y James con 27 años, y Katherine con los que sea, que a ella se le permite todo.

laura dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
laura dijo...

El blanco y negro debería llamarnos la atención en lugar de repelernos. “Historias de Filadelfia” es muy divertida, y los actores están geniales.

Con respecto a las comedias actuales qué se puede decir, si el nuevo trabajo de los creadores de la saga Scary Movie (una parodia de la película 300), que acaba de estrenarse en Estados Unidos es ya un éxito de taquilla.

Stepario dijo...

Una película como "Historias de Filadelfia", es hasta educativa en los tiempos que corren. Enseña a saber estar, a expresarse, a ser educado y correcto, y a pesar de todo ello, mantener un fino sentido del humor.

Ojalá vieran esto nuestros niños, y no confundirían tanto el humor con contar chistes con la boca llena.