Dunquerque, aparte del lugar de una batalla, una humillación o una derrota, debió de ser un sitio donde miles de personas de diferentes nacionalidades e idiomas, expuestas al límite de sus fuerzas, al límite de su esperanza, se agarraron al recuerdo de algo o alguien por quien mereciera la pena seguir luchando y esperando.
En «Expiación» se cuenta eso, entre otras cosas (no es cuestión de desvelar aquí las claves de la trama). Me ha gustado mucho porque habla de personas, de amor, de culpa, y de expiación, por supuesto. No son muy frecuentes las películas sobre este tema, quizá porque la expiación supone un renunciar a sí mismo y volcarse hacia los demás o hacia una tarea que sirva para redimir las culpas, y eso a veces implica retraimiento y reclusión, escasa relevancia pública, papeles más bien secundarios. El que expía culpas es preso –si le obligan– o santo –si lo hace voluntariamente–. Villano o héroe; fuera de estos casos, será un personaje marginal, que puede llegar a influir en la trama principal, pero no la protagoniza.
La expiación no sólo tiene que ver con la culpa; también con el arrepentimiento, que es la antesala del perdón. En nuestros días no se lleva la culpa, está mal visto, hay que sentirse siempre bien y no arrepentirse de nada. Lo malo de esto es que impide el perdón, el auténtico perdón, que no es ni cortesía ni olvido, sino amor al prójimo.
También me ha gustado la película por sus buenas interpretaciones, el guión, la música, una vez más acertada, de Dario Marianelli, la fotografía, el vestuario y los decorados. Todos ellos han recibido nominaciones para los oscars de este año, así como la película y la niña, Saoirse Ronan. Me ha llamado la atención especialmente la ambientación de la guerra, magnífica y original, en un episodio, que yo sepa, no muy retratado por el cine.
No me arrepiento en absoluto de haberla visto, así que no tengo culpas que expiar. Por ahora.
En «Expiación» se cuenta eso, entre otras cosas (no es cuestión de desvelar aquí las claves de la trama). Me ha gustado mucho porque habla de personas, de amor, de culpa, y de expiación, por supuesto. No son muy frecuentes las películas sobre este tema, quizá porque la expiación supone un renunciar a sí mismo y volcarse hacia los demás o hacia una tarea que sirva para redimir las culpas, y eso a veces implica retraimiento y reclusión, escasa relevancia pública, papeles más bien secundarios. El que expía culpas es preso –si le obligan– o santo –si lo hace voluntariamente–. Villano o héroe; fuera de estos casos, será un personaje marginal, que puede llegar a influir en la trama principal, pero no la protagoniza.
La expiación no sólo tiene que ver con la culpa; también con el arrepentimiento, que es la antesala del perdón. En nuestros días no se lleva la culpa, está mal visto, hay que sentirse siempre bien y no arrepentirse de nada. Lo malo de esto es que impide el perdón, el auténtico perdón, que no es ni cortesía ni olvido, sino amor al prójimo.
También me ha gustado la película por sus buenas interpretaciones, el guión, la música, una vez más acertada, de Dario Marianelli, la fotografía, el vestuario y los decorados. Todos ellos han recibido nominaciones para los oscars de este año, así como la película y la niña, Saoirse Ronan. Me ha llamado la atención especialmente la ambientación de la guerra, magnífica y original, en un episodio, que yo sepa, no muy retratado por el cine.
No me arrepiento en absoluto de haberla visto, así que no tengo culpas que expiar. Por ahora.
4 comentarios:
No he leído el post porque quiero ver mañana la película, máxime cuando te ha gustado a ti y es posterior al año 1924.
Ángel, también le gustan muchas películas actuales, lo que pasa es que conoce las anteriores a 1924, cosa de la que no todos podemos presumir. (Si no has leído el post cómo sabes que le ha gustado).
Esta peli muy chula, los protagonistas están geniales, ella además guapísima (sobre todo en la primera parte de la película)y él muy convincente. Quien lo recuerde como el fauno de "Las crónicas de Narnia" que se olvide, aquí es un buen chico, educado e inteligente, y además guapete.
Parece ser que voy a tener que esperar un poco más en ver esta peli, y es que en Puente Genil todavía no la han estrenado y no pudimos verla...ay!!que envidia me das..!
El post no revela nada de la película, en consideración hacia quienes todavía no la han visto (daos prisa y comentad).
Ángel, espero pronto poder dedicarte un post con película anterior a 1924.
Publicar un comentario