martes, 2 de diciembre de 2008

Actualización


Ante todo, mis disculpas. Me voy desligando poco a poco de mi blog y no tengo excusas, salvo que valgan todas las demás cosas a las que dedico mi tiempo. Voy a intentar enmendarlo.

Me he adherido a derechoavivir.org. Ya sabéis, defensa de la vida frente al aborto. Todo lo que se diga es poco en esta cuestión, y la prueba es que el número de crímenes crece y crece, y la aceptación social parece no cambiar, lacra que ya denunció Julián Marías como la peor del siglo XX (y lo que llevamos de XXI). No hay que perder una sola ocasión para defender la vida, no hay que callar ni una sola vez frente a quienes promueven, aceptan o se desentienden ante el aborto. El silencio es un cómplice culpable en este caso.

En otro orden de cosas, hemos terminado de ver la miniserie “John Adams”, donde se cuenta la vida del segundo presidente de los USA. Pero no hay milagros, porque era un hombre feo y engreído, tuvo problemas familiares y pocos amigos. Sin embargo era honrado, inteligente y patriota. La historia es realista hasta en las caries de los protagonistas. Y es humana, muy humana para los personajes que retrata, lo que da una idea de la madurez de ese país que tantos odian y los demás desprecian, pero que sin embargo es capaz de poner sus vergüenzas sobre la mesa al lado de sus méritos, y aun así sentir orgullo de sí mismo.

Vimos también el otro día “Appaloosa”, la última película que ha rodado Ed Harris, y que protagoniza junto a Viggo Mortensen, y una más detestable que nunca Reneé Zellweger, o como se escriba. Se ha dicho que es un western clásico, y lo es en la austeridad y sobre todo en la sensación de que se ha visto algo con chicha aunque la primera sensación no sea arrebatadora; las grandes películas dejan un poso que el tiempo de encarga de asentar, mientras las mayoría de las modernas pueden ponernos de los nervios en la butaca, pero en cuanto se sale del cine se han olvidado. Veremos. Llama la atención la rapidez con que se desarrollan los tiroteos, sin tomas repetidas ni ralentizadas, ni grandes acrobacias. Uno o dos tiritos y punto, porque, como dice Virgil Cole, “todos sabíamos disparar”. Lo que no me gustó nada fue la música, y creo que mi apreciación hubiera mejorado bastante con otra partitura.

9 comentarios:

laura dijo...

Pues sí, hemos visto todas esas “John Adams”, y “Appaloosa”. Con respecto a la primera os la recomiendo para aprender un poco de historia de los Estados Unidos. Con respecto a la segunda os la recomiendo si queréis odiar un poco más a Reneé Zellweger.

La foto me ha dado mucha cosilla. Ellas los tienen en su vientre, y los matan. Que alguien me lo explique porque no lo entiendo.

Stepario dijo...

El odio es un sentimiento muy feo. Salvo en este caso tan justificado.

Marta dijo...

Enhorabuena! y bienvenido, lo digo por lo de Derecho a Vivir, merecía que le dedicases un espacio en tu blog, reconozco que ya lo estaba echando en falta. Hay que estar en la brecha.

Y bienvenido también de nuevo a esta tu casa que se encontraba un poco solitaria ultimamente, yo ya estaba como esas vecinas que se asoman una y otra vez a ver si ya ha vuelto la de al lado pero las persianas siempre siguen bajadas, pero veo que mis intrusiones- variaciones han surtido efecto.

Un besote

Por cierto, hablando de la foto, ¿habeis visto el video "Dura realidad"? es también de Eduardo Verástegui, y está en Youtube, el título lo dice todo.

Stepario dijo...

Tú eres la culpable de que haya escrito sí, es que necesito acicates...

No lo he visto, pero me pondré a ello.

Ángel dijo...

Yo el otro día vi "Dura realidad". Justo después de desayunar. En concreto, una empanadilla rellena de ensaladilla rusa. No es por frivolizar, pero al acabar de verlo, pensé: "y si yo estoy ya en contra del aborto, ¿por qué acabo de ver un vídeo que va a acabar conmigo en la farmacia más próxima comprando Primperán?".

Eso sí, se lo puse al administrativo de la editora, que aglutina todas las ideologías juntas, y se quedó absolutamente noqueado.

Fran dijo...

Me alegro por disfrutar de una entrada más, y las que vengan, en este gran blog. Será que nos gusta porque “es capaz de religar inteligencia y amor, amor y fe”. Mmm… ¿Dónde he leído esa frase?

A mí tampoco me cabe en la cabeza ni en el corazón como hay mujeres capaces de acabar con la vida que llevan dentro. Algunas estarán ciegas por la desesperación pero muchas saben bien lo que hacen.

Aunque uno pueda imaginarse como son las cosas, desde luego el video “Dura realidad” noquea a cualquiera. Lo vi en Intereconomía en una entrevista a Varástegui. Debería emitirse en programas de mucha audiencia de manera que lo acabaran viendo todas las personas. Pero por desgracia de esto solo se ocupan Derecho a vivir y los medios de comunicación de la Iglesia. Es también gracias a internet que se están difundiendo estos videos provida.

Esperaba que hicieras un comentario sobre “Appaloosa” porque creo que te gustan los western. Y ya veo que no os ha impresionado como los clásicos.

Stepario dijo...

Ángel, tienes que verlo para luego decidir ponérselo al administrativo de tu editora y dejarlo por fin noqueado. Aunque luego te tomes el primperán.

Fran, yo disfruto de tus visitas y de tus comentarios, incluidas las citas sacadas no sé de dónde... Del aborto seguiremos hablando. De "Appaloosa", que ha gustado tanto a los críticos, ya he opinado. Comparativamente, mis pelis preferidas del año siguen siendo la de Batman y la de Wall-e. Ya está cerca el día de la recapitulación anual, y veremos si corre la sangre o los dibujos animados. Por cierto, Fran, el otro día vimos una peli que te puede gustar: "La ganadora", con Julianne Moore. Ya me dirás.

Anónimo dijo...

La moda de los westers está llegando, quizás si bien está influenciado por el estilo comic que tanto gusta al público.

No me gustan nada las películas del Oeste, sé lo que me estoy perdiendo, pero no me entran.

Stepario dijo...

En el caso de Appaloosa no hay estilo cómic -como no sea el Blueberry de Giraud-, es austero como un telefilme (quizá esta comparación sea más ajustada que la de Ford, que siempre exhibió una fotografía deslumbrante en su sencillez).