En el poco rato que llevo viendo (quién me manda) el telediario de la Primera, han criticado a los obispos por dar directrices a los católicos acerca de las elecciones, han defendido el aborto como un derecho y han acosado a un párroco por intervenir en el caso de un cofrade divorciado y arrejuntado.
Sé que hay católicos que no ven bien algunas posturas de la jerarquía eclesiástica española, que piensan que mea fuera de tiesto (con perdón) en demasiados casos y que debería hablar más de Cristo que de derechos humanos. Pero yo creo que Cristo también defendió ni más ni menos que la vida cuando se interpuso entre la adúltera y sus perseguidores; que Juan Bautista denunciaba la lujuria de Herodes; y que en muchas otras ocasiones se ha puesto de relieve que el cristiano debe mirar al cielo, pero sin olvidar que está en la tierra.
En fin, es un debate abierto, y es bueno profundizar siempre que se busque lo mejor, siempre que se aspire a servir a la verdad. Pero yo también lo veo todo más claro cuando compruebo que quienes más critican a los obispos, “en nombre de Cristo”, son quienes más se distinguen por apartarse del Magisterio de la Iglesia, por hacer cócteles político-religiosos, y por pensar más en la economía que en el alma.
Esto no quita que sienta asco ante los medios de comunicación de este gobierno de mentirosos. Y miedo ante el asentimiento ovino de las masas que abrevan de ellos. Menos mal que, pese a todo, el triunfo no depende de este mundo ni de nuestras fuerzas. Pero, como decía Julián Marías, que por mí no quede.
Sé que hay católicos que no ven bien algunas posturas de la jerarquía eclesiástica española, que piensan que mea fuera de tiesto (con perdón) en demasiados casos y que debería hablar más de Cristo que de derechos humanos. Pero yo creo que Cristo también defendió ni más ni menos que la vida cuando se interpuso entre la adúltera y sus perseguidores; que Juan Bautista denunciaba la lujuria de Herodes; y que en muchas otras ocasiones se ha puesto de relieve que el cristiano debe mirar al cielo, pero sin olvidar que está en la tierra.
En fin, es un debate abierto, y es bueno profundizar siempre que se busque lo mejor, siempre que se aspire a servir a la verdad. Pero yo también lo veo todo más claro cuando compruebo que quienes más critican a los obispos, “en nombre de Cristo”, son quienes más se distinguen por apartarse del Magisterio de la Iglesia, por hacer cócteles político-religiosos, y por pensar más en la economía que en el alma.
Esto no quita que sienta asco ante los medios de comunicación de este gobierno de mentirosos. Y miedo ante el asentimiento ovino de las masas que abrevan de ellos. Menos mal que, pese a todo, el triunfo no depende de este mundo ni de nuestras fuerzas. Pero, como decía Julián Marías, que por mí no quede.
9 comentarios:
"Pero yo también lo veo todo más claro cuando compruebo que quienes más critican a los obispos, “en nombre de Cristo”, son quienes más se distinguen por apartarse del Magisterio de la Iglesia, por hacer cócteles político-religiosos, y por pensar más en la economía que en el alma".
Me parece que generalizas demasiado.
Me refiero a lo que he visto en el mismo telediario: a los miembros de asociaciones de democracia eclesial, pro-celibato opcional, liberación, etc.
Esto no es fácil. Por una parte comprendo a los obispos, se sienten atacados y reaccionan defendiendo la Verdad. Supongo que ha llegado un punto en que les han tocado demasiado las narices.
Por otra parte sería ideal que fuésemos los laicos los que sacáramos pecho, los que defendiéramos a nuestra Iglesia. Sería ideal que no tuviésemos que ver a nadie con sotana dando una rueda de prensa defendiendo lo que nosotros deberíamos estar defendiendo. Pero ¿dónde están esos laicos?
Esos laicos, por desgracia, están muchas veces debajo de las sotanas de los obispos.
Gracias a Dios, sólo es muchas veces.
Les molesta que se recuerden los principios morales a los católicos?¿por qué? si ellos no lo son , no debiera importarles y si lo son, deberían prestar atención y sentirse avergonzados de no saberlos ni practicarlos.
Me alegra esta Nota episcopal, porque estoy de acuerdo con su contenido, y creo que dice lo que hace falta decir. Las cuestiones son tan graves que los aspectos formales que pudieran discutirse resultan secundarios. Es la verdad, la diga un obispo, un laico o un asesino.
¿no puede ser también que durante muuuchos años a los laicos no nos han dado la oportunidad de opinar y ahora las quejas son porque no opinamos? Quien siembra vientos...
Pues durante muchos años no sé, quizá sí, pero conviene no llevar cuentas del mal. Hoy por hoy lo que tenemos que hacer es defender lo que creemos y no tener miedo de lo que los demás piensen o digan de nosotros, si Cristo lo hubiese tenido no habría terminado clavado en una cruz para salvarnos. Más vale que nos fijemos en él y no en los errores que los hombres hayan podido cometer a lo largo de los años.
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