martes, 15 de febrero de 2011

True grit


Hace muchos años que vi por primera la versión de Henry Hathaway de “Valor de ley” (1969), con el oscarizado John Wayne, y muchos años también que leí la novela de Charles Portis en que se basaba aquella y la que han hecho los hermanos Cohen. El otro día fuimos al cine a ver ésta última, atraídos por la habitual pericia de estos cineastas, por el aroma de los óscars –se los den o no– por la garantía de un buen western, y por uno de los mejores actores vivos, Jeff Bridges, que aquí compone una especie de Gran Lebowski de gatillo fácil y parche en el ojo. La película se parece mucho a la anterior, aunque se notan los recursos que tiene hoy el cine, y sobre todo un plantel de actores estupendos, incluyendo a la jovencita Hailee Steinfeld. Destacaría sus golpes de humor (negro) y la ambientación. Un buen motivo para volver al cine, ahora que tenemos que ser más selectivos.