martes, 13 de julio de 2010

Don Vicente del Bosque


De los muchos buenos ejemplos que ha dado la selección española en el reciente Mundial –unidad, esfuerzo, juego limpio, ilusión–, me quiero quedar con el del seleccionador, Don Vicente del Bosque, un señor de arriba abajo, un hombre de los que ya no quedan.

Resulta que es el entrenador español más laureado –recordemos su etapa en el Real Madrid, del que fue injustamente despedido– y pese a ello ha tenido que soportar ataques y comparaciones malévolas. Se ha despreciado su trabajo y su talante, y él ha respondido con… trabajo y silencio.

Se podrá decir que es tímido, y ello le impide entrar al trapo de las críticas inmerecidas. Pero cualquier persona, por tímida que sea, cuando le tocan reiteradamente las narices se enardece y revienta. Don Vicente del Bosque no. Él posee como raras cualidades la humildad, la discreción, la bonhomía, la templanza, el pudor o la prudencia, entre otras singulares virtudes. Todo el mundo lo ha comprobado a lo largo del último mes, y ha sentido una profunda nostalgia de que otras personalidades españolas, sobre todo entre quienes nos gobiernan, no se parezcan a este hombre. Mis respetos, Don Vicente, y ¡bravo¡